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“Los enamorados pueden andar sobre las telas de araña que se mecen en el tíbio calor del verano, así de leve es la ilusión.”
 
W. Shakespeare. Romeo y Julieta.  

La literatura del Barroco.

 

Durante el siglo XVII aparecieron en Europa nuevos estilos literarios. En general, todos ellos se caracterizaron por buscar una expresión más complicada, más rica en metáforas y en perífrasis, o bien, al contrario, por expresar las ideas con el menor número posible de palabras.

 

Los mismo que en España en el siglo XVII, también en Francia y en Inglaterra la literatura alcanzó niveles muy altos, sobre todo en el teatro.

 

 

* La literatura en Francia. Los escritores franceses de este siglo escribían para las clases cultas. Por eso su lenguaje era elevado y a veces preciosista. Además, en general, se esforzaron por presentar los argumentos con claridad, orden y buena argumentación. Este peculiar modo de escribir se conoce con el nombre de clasicismo francés.

 

La Academia francesa dictaba normas para que el idioma fuera utilizado con propiedad y esmero.

 

El género literario que más se cultivó fue el teatro, en el que brillaron Moliere, Corneille y Racine.

 

 Más ¿qué hago? ¿De qué modo mi razón se extravía?

¡Yo celosa! ¡Y es Teseo a quien quiero implorar!

¡Mi esposo vive, y ardo de amor por otro todavía!

¿Por quién? ¿Qué corazón aspiro a conquistar?

Cada palabra mía me eriza los cabellos. 

Ahora ya mis crimenes colman la medida

Todo en mi es, a la vez, incesto e impostura.

 

En Fedra Racine plante el tema de la libertad frente a los tabúes y prohibiciones que el hombre levanta contra sí mismo. La protagonista, Fedra, cae en un progresivo y destructivo sentimiento de culpabilidad por haberse enamorado del hijo de su esposo, a quien todos daban por muerto en la guerra.

 

- ELMIRA¡Más nos atemorizan tanto los castigos del Cielo! 

- TARTUFO Puedo hacer que se disipen esos temores ridículos, señora; conozco el arte de acallar los escrúpulos. El Cielo prohíbe, en verdad ciertos goces; más se puede llegar a arreglos con él. (Es un desalmado el que habla.) Conforme a las divesas necesidades, existe la ciencia de ensanchar nuestra conciencia y de enmendar la maldad de los actos con la pureza de nuestra intención. Ya sabré instruiros, señora, en esos secretos; no tenéis más que dejaros guiar; satisfaced mi deso y no sintáis temos; os respondo de todo y asumo por entero la culpa. 

(Elmira tose con fuerza.) Mucho toséis, señora (...) Podéis estar segura del secreto absoluto, y el mal está siempre tan sólo en el escándalo que ocasiona. El escándalo público es el que origina la ofensa, y pecar en silencio no es pecar. 

 

En Tartufo Moliére pretendía desenmascar a los falsos devotos, unos sujetos que vivían a cuerpo de rey en casa ajena con el pretexto de ejercer de directores espirituales de los moradores de la casa. 

 

 

 

* La literatura inglesa. La figura más grandes de las letras inglesas, William Shakespeare, produjo sus mejores obras a principios del XVII. Shakespeare sobresalió en todos los géneros que cultivó. Con treinta y tres obras dramáticas escritas en unos treinta años, su obra alcanzó la más perfecta expresión del arte teatral de todos los tiempos.  

 

Las tragedias de Shakespeare llevan a la escena las grandes pasiones del hombre: el amor, la venganza, los celos, etc.

 

HAMLET Ser o no ser, he ahí el dilema. ¿Cuál es más digna acción del ánimo: sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta u oponer los brazos a este torrente de calamidades y darles fin con atrevida resistencia? Morir es dormir. ¿No más? ¿Y por un sueño, diremos, las aflicciones se acabaron y los dolores sinnumero, patrimonio de nuestra débil naturaleza..? Éste es un término que deberíamos solicitar con ansia. Morir es dormir... y tal vez soñar.  

 

En la segunda mitad del siglo XVII destacó el poeta Milton, que compuso el gran poema “El Paraíso perdido”

 

-¡Oh, millares de espíritus inmortales!! ¡Oh, potestades a quienes sólo puede igualarse el Todopoderoso! Aquel combate no careció de gloria, por más que su resultado fuera desastroso, como lo atestiguan esta mansión y este terrible cambio que me es odioso expresar. [...] De hoy más, ya conocemos su poder como conocemos el nuestro, de modo que no provoquemos ni rehuyamos con temor cualquier guerra a que se nos provoque. El mejor partido que nos queda es el de emplear nuestras fuerzas en un secreto designio: el de obtener por medio de la astucia y del artificio lo que la fuerza no ha alcanzado, a fin de que en adelante sepa por lo menos que un enemigo vencido por la fuerza sólo es vencido a medias.

 

 

 

Juan Bautista Poquelin (1622-1673) fue el más grande de los comediógrafos franceses del siglo XVII. Con el seudónimo de Moliére escribió multitud de comedias satíricas, entre las que destaca "Tartufo".

William Shakespeare (1564-1616) es el mejor de los dramaturgos ingleses. Compuso tragegias, como "Hamlet", "Otelo" y "Macbeth", que figutan entre las mejores obras de la literatura universal.

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