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¿Qué son las emociones?

 

Desde hace siglos se pensaba que la función de la inteligencia era conocer y resolver problemas teóricos. La razón se convirtió en la facultad intelectual más importante, y la ciencia en su mayor creación; en cambio, el mundo afectivo fue despreciado, la pesada herencia de la carne, como diría Shakespeare. 

 

Hemos recibido como herencia la imagen de un ser humano escindindido. A un lado la cabeza y al otro el corazón: aquella es la sede de la claridad; este, el sótano de la confusión. ¿Por qué una persona con un brillantes expediente académico no siempre loga más éxito profesional? ¿Por qué algunas personas disfrutan más de la vida que otras? ¿Por que´unas personas son fuertes en condiciones adversas mientras que otros se hunden a la primera?

 

La respuesta se encuentra en la vida emocional que crece en un área del cerebro llamada sistema límbico, sobre todo en la amígadala, que funciona como una especie de vigía de la mente. Ahí nacen las sensaciones de placer o disgusto, de ira o miedo. Pero es en el neocórtex donde se procesan las señales interiores o exteriores, lo que nos permite hacer planes y tener expectativas. Esta dicotomía hace que nuestros actos dependan de dos mentes: una emotiva y otra racional. Las dos funciones son inteligentes y se complementan. 

 

No podemos elegir nuestras emociones, ni se pueden desconectar o evitar. Pero sí podemos controlar nuestras reacciones emocionales y desarrollar nuestra inteligencia. 

 

Continuamente estamos experimentado sentimientos, emociones, deseos, impulsos. Estamos tristes o alegres, enfadados o tranquilos, somos optimistas o pesimistas, vemos el futuro con esperanza o con miedo, nos sentimos seguros o inseguros. 

 

Todas estas sensaciones tienen gran importancia en nuestra vida. Nos animas o desaniman, hacen que nos sintemos felices o desgraciados. Nos mueven a obrar o a no hacerlo. Con frecuencia no sabemos por qué sentimos lo que sentimos, parece que las emociones nos invaden y nos manejan. 

 

En las relaciones con los demás también tienen mucha importancia los sentimientos. En ocasiones sentimos que no nos entienden, que los demás son injustos con nosotros, que no tienen en cuenta nuestros sentimientos y nos hieren, a veces sin querer. 

 

Por todo esto debemos conocer cómo funciona el mundo afectivo, de qué manera influye en nuestras vidas, los problemas que plantean las emociones, y la ayuda que nos proporcionan.

 

La educación emocional 

 

Educar la integencia emocional, es decir, comprender y controlar nuestros sentimientos, es imprescindible para vivir satisfactoriamente con nosotros mismos y con los demás. En la educación emocional se proponen cuatro objetivos que nos interesan a todos, jóvenes y adultos, hijos y padres, alumnos y profesores:

- Comprender los propios sentimientos. 

- Saber cómo regularlos. 

- Comprender los sentimientos ajenos. 

- Saber cómo mantener buenas relaciones con los demás.

 

Deseos, sentimientos, emociones

 

Nuestra vida afectiva es muy variada:

 

* Los deseos nos impulsan a actuar en un sentido o en otro, al igual que también nos mueven nuestros impulsos, aspiraciones y proyectos. 

 

* Los sentimientos surgen cuando nuestros actos, proyectos, deseos, aspiraciones, se enfrentean con la realidad. Los sentimientos nos advierten de cómo nos van las cosas. Si nos van bien, nos sentimientos alegres, si nos va mal, tristes. 

 

* Las emociones son sentimientos que se presentan muy bruscamente y con mucha intensidad. 

 

* Los estados de ánimo son sentimientos que se prolongan a lo largo del tiempo. Estamos deprimidos o alegres, de buen o mal humor, aburridos o furiosos.

 

Las obras de arte son instrumentos sociales mediante los cuales ocurre la transformación de las emociones y su conversión es una esfera particular de la vida individual del hombre, son puertas hacia la emoción que nos abren un conocimientos de los sentimientos de los personajes que obervamos y de nosotros mismos.  

 

 

 

 

 

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